Los primeros destinos de este viaje por
tierras castellanas y leonesas serán sus capitales . La primera
parada se sitúa en una ciudad muy alta , la más alta de las
capitales de España y la cuarta de Europa. Esta ciudad , muy
románica y muy religiosa en su pasado , conforma una atalaya llana
con vistas a unas montañas azules que se aprecian en la parte sur .
Su torre más alta es , como de costumbre , la de su catedral , de
estilo gótico y toques románicos .
Esta vieja ciudad está abrazada por un
cincho de murallas que pronto cumplirán 1000 años . Murallas de
estilo románico , la mejor conservada de España , y casi con total
seguridad , de toda Europa . Esta fortificación tiene 2,5 kilómetros
, con 88 torreones , nueve puertas , y con una altura media de 12
metros . Este es el monumento que identifica a la ciudad , gracias a
su gran singularidad , su perfecta conservación , y a su gran
belleza.
Nos encontramos en la ciudad de Santa
Teresa y de San Juan de la Cruz . Nos encontramos en Ávila .
La muralla de Ávila participó en las
defensas de la ciudad , y fue mandada a construir por el conde
francés Don Raimundo de Borgoña , quien participó en el
repoblamiento de esta zona tras haberse convertido en tierra de nadie
con la invasión musulmana .
Este monumento ha estado ligado a las
características morfológicas de la ciudad ., y a éste como no es
de extrañar también se le atribuyen muchas historias . Es muy
curiosa la de Jimena Blázquez , la mujer que supo engañar a los
musulmanes , y que consiguió salvar a Ávila de una posible
conquista . Todo comenzó cuando todos los hombres de la ciudad
tuvieron que partir para luchar contra los moros , dejando a la
ciudad totalmente indefensa . Éstos últimos , se enteraron de esto
, por lo que decidieron atacarla . Sin embargo Jimena , la mujer del
entonces alcalde , al no poder pedir ayuda , decidió vestir con los
ropajes de los soldados a varias mujeres , subirlas a la muralla , y
desde allí tocar canciones de guerras , mientras que otras en el
interior de la muralla gritaban para que los musulmanes creyeran que
la ciudad estaba repleta de gente , y para nada insegura . De esta
forma los moros decidieron no atacar y marcharse . Desde entonces
,como recompensa , las mujeres de Ávila tuvieron derecho a
participar en los plenos del ayuntamiento .
Saber que estamos en una ciudad de
leyenda hace que pasear por ella sea un verdadero placer. Sus calles
nos conducirán a lugares llenos de historia y monumentos dignos de
admirar . Su vieja muralla rodea toda la ciudad antigua , donde
podemos encontrar una veintena de casas fortificadas o palacios
pertenecientes a la nobleza abulense. Dentro y fuera del cerco
militar encontramos un gran número de iglesias románicas ,
conventos y monasterios. Entre esas iglesias destacan dos : La
Basílica de San Vicente y la Iglesia de San Pedro , ambos situados
frente a las puertas más monumentales de la muralla.
La Basílica de San Vicente es de
estilo románico y algo de gótico . Es uno de los monumentos más
bonitos de la ciudad . Fue uno de los edificios más importantes de
Castilla durante la Edad Media , al ser una de las iglesias juraderas
, junto a Santa Agadea de Burgos y San Isidoro de León . La Basílica
de San Vicente fue erigido en honor a los mártires Vicente , Sabina
y Cristeta , quienes en época romana se negaron a adjurar de su fe
cristiana. Es muy llamativa su portada y el cenotafio de su interior
.
San Pedro es una iglesia del mismo
estilo que San Vicente , y se sitúa en la llamada Plaza del Mercado
Grande . Sin duda una verdadera joya , en la que destaca su bellísimo
rosetón .
Santo Tomás se encuentra fuera de las
murallas , al sur de la ciudad , y se trata de un monasterio bastante
grande ( de tres claustros) .
En esta edificación se encuentra
enterrado el único hijo varón de los Reyes Católicos , el príncipe
Juan , quien murió con tan solo 19 años.
En Santo Tomás estuvo enterrado
Torquemada , al funcionar como sede de la Santa Inquisición , para
convertirse posteriormente en Universidad

En Ávila
existen diversos conventos relacionados con la religiosa , aunque es
muy destaclable el monasterio extramuros de La Encarnación , donde
Teresa estuvo 29 años de monja , y donde nació la idea de la
reforma de las Carmelitas Descalzas. Aunque no nos olvidemos también
de su amigo y discípulo , más joven que ella , llamado Juan de
Yepes , y conocido por el nombre de San Juan de la Cruz.
Ya que conocemos a ambas personalidades
, no nacidos en la capital sino en dos pequeños pueblos del norte de
la provincia , Gotarrendura para Santa Teresa y Fontiveros para San
Juan , conozcamos un fragmento de un poema para seguir sumergiéndonos
en el encanto de esta ciudad castellana y leonesa.
Vivo
ya fuera de mí,
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí:
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero,
Que muero porque no muero.
Después que muero de amor;
Porque vivo en el Señor,
Que me quiso para sí:
Cuando el corazón le di
Puso en él este letrero,
Que muero porque no muero.

La
plaza de la catedral está rodeada por varios palacios de los que
hablábamos anteriormente , entre los que destaca el Palacio de Los
Velada , que actualmente es hotel , en el que destaca su bello patio
renacentista . Hablando de hoteles . Hay que destacar que Ávila es
una de las ciudades españolas con mayor número de hoteles en
relación al número de habitantes. Y de hoteles nos vamos a
restaurantes , también muy numerosos , donde podremos degustar la
rica gastronomía de esta tierra .
Destaca
el chuletón , las patatas secas o revolconas , o en repostería ,
las yemas de Santa Teresa.

Al sur se observan unas montañas
que un día averiguaremos su nombre .
Basta
para resumir a esta ciudad del sur de Castilla y León como síntesis
de lo militar , lo clerical y lo palaciego , y así sin más ,
pasamos página.
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